Llamado "vin primeur" en francés, el vino joven es un vino con menos de seis meses de envejecimiento en barrica, y por tanto no alcanza el periodo mínimo en barrica para considerarse un vino envejecido. No se trata de una clasificación oficial, sino más bien se trata de una denominación coloquial.
Suelen ser los que se embotellan justo después de la o las fermentaciones (alcohólica y/o maloláctica) y se hace en los depósitos de acero.
Los vino jóvenes pueden ser blancos, rosados o tintos . A la hora de beberlos, los jóvenes deben consumirse en el año, aunque hay excepciones de vinos que pueden tener una vida algo más prolongada. En todo caso, una vez que un vino sale de bodega para ponerse a la venta, puede, y es conveniente, que sea consumido, no almacenado durante mucho tiempo a la espera de una ocasión especial o concreta para su disfrute.